¿Qué etapas tiene la agricultura de precisión?

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La agricultura de precisión es una modalidad cada vez más utilizada en las producciones globales. Dentro de su uso, este modelo está compuesto de diferentes instancias. 

En relación a las etapas de la agricultura de precisión, se puede distinguir la recolección de información como una de las principales. 

En ese sentido, la recolección de información es el primer paso en la agricultura de precisión. Esta información está basada en la toma de muestras en campo, medición de condiciones ambientales y en la observación aérea a partir de sensores remotos.

¿En qué consiste la recolección de información agrícola?

La recolección de muestras de suelo es un paso que está compuesto por la división del terreno en cuadrículas para luego determinar los puntos de los que serán extraídas pequeñas porciones volumétricas de tierra, y así investigarlas con el objetivo de conocer sus cualidades químicas, físicas y biológicas, lo que indicará las carencias y abundancias del suelo analizado. 

Sin embargo, en la agricultura de precisión también existen otros tipos de muestras y datos, diferentes a los mencionados debido a que generalmente no manejan muestras físicas de suelo, sino, por el contrario; están integrados por elementos de diagnóstico virtuales, representados en imágenes, algoritmos, códigos binarios y coordenadas. 

Dicha información se obtiene mediante un modelo innovador a los que tradicionalmente se conoce como la toma de las imágenes captadas por los satélites, naves no tripuladas como drones y estaciones climatológicas automatizadas. 

Los tipos de sensores usados en la agricultura de precisión

Dentro de los campos productivos, existen diferentes tipos de sensores empleados. 

Los sensores utilizados en la agricultura de precisión son herramientas diseñadas para las necesidades del trabajo de campo en las que se usan básicamente dos tipos: sensores remotos y sensores de superficie. 

Estos sensores optimizan la comunicación de todos los datos disponibles a través de internet, lo que permite conocer los parámetros físicos en tiempo real.

  • Sensores de superficie en evolución a sensores remotos

Los sensores remotos son aquellos que no se encuentran en el suelo, pero utilizan las funciones de internet, geolocalización, wireless para revisar no solo los datos que recolectan por sí mismos, del cultivo y el suelo, sino también los que son captados por los sensores de superficie, dejando un registro digital, histórico y completo que sirve para una eficiente toma de decisiones.

  • Satélites artificiales

Los que más distancia recorren son los satélites artificiales de órbita terrestre media que transitan entre 2.000 y 36.000 Km de distancia de la superficie terrestre. 

Se los califica cómo geoestacionaria ya que se mantienen estáticos en una coordenada para poder monitorear de forma permanente la superficie de interés.

  • Sensores remotos

Los sensores remotos están compuestos por un equipo remoto que cuenta con un circuito eléctrico análogo, integrado de un sistema de comunicación y otro de alimentación, como, por ejemplo, una batería conectada a paneles solares garantizando su función autónoma y el sensor que se requiera en cada caso.

  • Drones

Son los sensores más utilizados e innovadores. No solo por disponer de cámaras que permiten evaluar visualmente, desde casi cualquier ángulo aéreo, el cultivo o la superficie del terreno, sino también por su versatilidad de poder brindar herramientas, aunque ligeras, útiles, que desde tierra no llegarían a dar su máximo rendimiento.

Las características de la captación de imágenes remotas

Las imágenes registradas por satélites o drones, no son más que un tipo de información lumínica interceptada por los sensores. 

Los sensores denominados “pasivos” son aquellos que tienen la capacidad de recoger la reflexión de la luz solar sobre la superficie de la tierra en forma de ondas electromagnéticas.

Estas ondas son una manera de energía que viaja a través del espacio y la atmósfera con un componente eléctrico y magnético. Tales ondas se agrupan en un espectro electromagnético según su tamaño y energía almacenada. Las ondas cortas suelen ser muy energéticas, mientras que las largas no.

Teniendo en cuenta que todo es visible gracias a la luz que interactúa con las superficies de los objetos para retornar alterada al ser parte absorbida y parte reflejada, cómo el ojo humano o cámaras, se genera una imagen.

De esta manera, los sensores remotos que se encargan de capturar estas ondas e interpretarlas en una matriz cuadrada, implican una representación espacial donde la cantidad de filas es igual a la cantidad de columnas, en este caso pixeles, que crean una imagen digital de la realidad.

Utilizando programas computarizados, se puede hacer uso de estas imágenes para recolectar datos cartográficos, topográficos, orográficos, hidrológicos, entre otros.

En relación a la calidad de la imagen obtenida, este aspecto estará directamente relacionado a la resolución espacial o tamaño del pixel registrado, lo que se conoce como resolución espacial. Al ser mayor  la resolución espacial, mayor será el nivel de detalle ofrecido por la imagen.

Otro tipo de resolución importante es la resolución espectral. Esta indica la cantidad de ondas que de cierto modo es registrado en el sensor. Estas ondas son organizadas en bandas dentro de la imagen y mientras mayor sea la cantidad de bandas, mayor información espectral ofrecerá.

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