El último objetivo de la Agenda 2030 se centra en revitalizar la alianza mundial para el desarrollo sostenible. Dicho documento es universal y exige la implicación de todos los países, tanto desarrollados como en desarrollo, para promover una igualdad.
Las alianzas de diferentes sectores para el desarrollo sostenible también requiere la colaboración entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil.
De ese modo, los objetivos de Desarrollo Sostenible solo se pueden conseguir con asociaciones mundiales sólidas y cooperación para promover que nadie se quede atrás en ese camino.
De todos modos, no todos los países se encuentran en la misma situación de partida, y los países de ingresos bajos y medios afrontan enormes deudas que les impiden hacer progresos en esta materia.
Luego de la pandemia del COVID-19, los países en desarrollo se enfrentan a un aumento sin precedentes de los niveles de deuda externa, agravado por retos como una inflación extrema, la escalada de las tasas de interés, prioridades contrapuestas y una capacidad fiscal limitada, lo que remarca la urgente necesidad de alivio de la deuda y asistencia financiera.
Si bien las corrientes de asistencia oficial para el desarrollo (AOD) siguen alcanzando máximos históricos, el aumento en 2022 estuvo orientado al gasto en refugiados en los países donantes y a la ayuda a Ucrania.
¿Qué se necesita para lograr un desarrollo sostenible?
Para tener éxito, es necesario movilizar tanto los recursos existentes como los adicionales, y los países desarrollados deberán cumplir sus compromisos de aumentar la asistencia oficial para el desarrollo.
Las consecuencias de la pandemia del COVID-19 han demostrado que reforzar el multilateralismo y las alianzas mundiales es más importante que nunca si se pretende resolver los problemas del mundo.
En ese punto la Agenda y sus 17 objetivos son universales y exigen el compromiso de todos los países, tanto desarrollados como en desarrollo, para garantizar que nadie se quede atrás.
¿Qué avances hubo en materia de desarrollo?
Los Objetivos para el Desarrollo Sostenible han recibido un apoyo constante pero frágil, con importantes y persistentes desafíos.
De todos modos, los recursos financieros siguen siendo escasos, las tensiones comerciales han aumentado y siguen faltando datos cruciales.
Una parte cada vez mayor de la población mundial tiene acceso a Internet y se ha creado un Banco de Tecnología para los Países Menos Adelantados, pero la brecha digital no ha desaparecido.
Es por esto que se requieren esfuerzos constantes para garantizar un acceso equitativo a Internet para todo el mundo.
Las tensiones geopolíticas complican la cooperación y la coordinación internacional, lo que resalta la importancia de un incremento colectivo de la acción para proporcionar a los países desarrollados la financiación y las tecnologías necesarias para acelerar la implementación de los Objetivos.
Se estima que, en 2022, el 66 % de la población mundial utilizó Internet, en comparación con el 40 % del 2015. A nivel mundial, durante 2022, 259 millones de hombres utilizaron Internet.
La financiación internacional para datos y estadísticas ascendió a solamente 541 millones de dólares en 2020, una reducción de más de 100 millones de dólares y 138 millones de dólares con respecto a los niveles de financiación de 2019 y 2018, respectivamente.
¿Qué tienen que hacer los países para conseguir esa alianza?
Para lograr una unión entre países, es necesario movilizar tanto los recursos existentes como los adicionales tales como el desarrollo tecnológico, recursos financieros, capacidades y los países desarrollados deberán cumplir sus compromisos para incrementar la asistencia oficial para el desarrollo.
Las alianzas de múltiples partes interesadas son cruciales para aprovechar las relaciones entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de esa manera, mejorar su eficacia e impacto y acelerar el progreso de tales fines.
¿Cómo se puede garantizar que los recursos necesarios se muevan de manera eficaz?
Los países serán los principales responsables de que se realice eficazmente esta alianza. Se deberán realizar exámenes periódicos de los progresos en cada país, con la participación de la sociedad civil, las empresas y los representantes de los distintos grupos de interés.
En el plano regional, los países tendrán que intercambiar experiencias y abordar cuestiones comunes, mientras que anualmente, en el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, se hará un balance de los progresos realizados a nivel mundial, señalando las carencias y problemas emergentes.
Los países en desarrollo se enfrentan a un aumento sin precedentes de los niveles de deuda exterior tras la pandemia del COVID-19, agravado por dificultades como una inflación récord, una escalada de los tipos de interés, prioridades contrapuestas y una capacidad fiscal limitada, lo que subraya la urgente necesidad de alivio de la deuda y de una asistencia financiera.
Aunque los flujos de ayuda oficial al desarrollo (ODA) siguen alcanzando máximos históricos, el aumento de 2022 se atribuye principalmente al gasto en refugiados en los países cooperantes y a la ayuda de Ucrania.
A pesar de una mejora del 65 % en cuanto al acceso a Internet desde 2015, el progreso en la reducción de la brecha digital se ha ralentizado tras la pandemia.
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