A lo largo de los años, Argentina ha sido posicionada como uno de los países productores agrícolas más prolíficos del mundo. Hoy en día, ocupa el tercer lugar en términos de producción de semillas de canario y el décimo en trigo. Ahora bien, la incorporación de nuevas herramientas digitales ocupa un lugar importante en este recorrido.
Hoy en día, el sector agrícola está prosperando nuevamente y con esto viene la aplicación de la agricultura de precisión mediante el uso de herramientas digitales como la incorporación de equipos terrestres con soporte GPS y el uso de los drones.
En relación a la agricultura de granos, Argentina fue una parte esencial de la expansión económica del país entre 1860 y 1910. En la década de 1930, el país se convirtió en uno de los principales exportadores de granos del mundo, con cosechas récord de trigo, maíz y linaza.
Según diferentes especialistas, la inserción de soportes tecnológicos ha generado nuevos y buenos resultados productivos.
El uso de drones agrícolas: el ejemplo de un productor cordobés
Santiago es de Córdoba, su familia por parte de madre siempre ha estado involucrada en el negocio agropecuario, más que nada en la compra y alquiler de equipos agrícolas y la introducción de nuevas tecnologías al campo. Su padre, por otro lado, era piloto de helicóptero y además estaba involucrado en la pulverización agrícola. Es por eso que su inclinación por la actividad se dio casi naturalmente, tomando poco de ambos lados. De esta manera, Santiago fundó en 2019 “ Vuelagro”, su propia empresa de drones agrícolas.
La introducción de Santiago a la aviación no tripulada empezó con su interés en producir mapas utilizando una cámara de fotogrametría tradicional y un software de cartografía, pero inmediatamente se dio cuenta del potencial que tenía integrar las dos áreas, mapeo y agricultura. Por un tiempo determinado, se unió a su hermano para crear una empresa dedicada al uso de tecnología de imágenes con drones para mejorar la eficiencia en el campo.
Ahí se dieron cuenta de las ventajas que tendría el uso de sensores multiespectrales y RGB en la aplicación de pesticidas y herbicidas. En ese sentido, al mapear el campo primero, se podía determinar fácilmente qué áreas específicas necesitaban la aplicación del producto y cuáles estaban libres de problemas. Al rociar sólo las áreas afectadas, el productor se ahorraba entre un 80% a 90% de agua y productos químicos.
Luego de este descubrimiento, la noticia se extendió entre los agricultores de la zona y pronto Santiago y su hermano se encontraron comprando equipos cada vez más grandes y contratando agro-técnicos, haciendo crecer la empresa.
Con el paso de los años, se fueron moviendo del DJI Phantom IV al DJI Mavic III Enterprise en el lado del mapeo, ampliando las capacidades fotogramétricas y agregando sensores que representaron nuevas líneas de negocio y servicios adicionales.
En el sector agrícola, la empresa de Santiago expandió la flota para incluir los DJI T-40 y T-50 y aumentar la superficie por vuelo para llegar a nuevos agricultores con campos más grandes. Actualmente, sus equipos permiten rociar un promedio de 250 a 370 acres por día y mapear alrededor de 3,700 acres para determinar las áreas específicas a tratar.
En los pocos años que Vuelagro ha estado en el mercado, han volado más de un cuarto de millón de acres de tierras agrícolas y el objetivo es seguir creciendo en paralelo con el desarrollo de la industria.
Desde su visión no consideran que los drones reemplacen completamente la aviación tradicional, al menos no en el corto y mediano plazo. Más bien se entiende que las dos tecnologías son complementarias y pueden coexistir durante décadas.
Mientras tanto, se puede apreciar que las empresas químicas no están muy contentas con los significativos ahorros que se generan y son reacias a incluir oficialmente la aviación no tripulada en las etiquetas de sus productos, pero al menos están sumando directrices generales para el uso de sus productos con drones.
Ahora, la empresa Vuelagro está en el proceso de crear una aplicación para teléfonos inteligentes que permitirá a los productores realizar un seguimiento de los ahorros en términos de agua y productos químicos, y al mismo tiempo sacar cálculos de la huella de carbono de sus campos y el impacto general que tienen sus operaciones agrícolas en el medio ambiente.
En líneas generales, la suma de nuevas herramientas digitales trae numerosos beneficios para los productores agrícolas, para la producción en sí y para la gestión correcta de los recursos naturales. Ahora es momento de que los agricultores inviertan y se capaciten en estos nuevos dispositivos.
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